Noticias por equipos 2012-2013

Diario del Campeonato de España: Día 4

A petición de las chicas, siempre escuchadas por mi, dejamos media horita más de dormir. Hoy no había tiempo de estudio con lo que la mañana iba a estar totalmente dedicada al básquet. Tras el desayuno nos desplazamos al pabellón Aguas Vivas para ver los partidos que allí tenían lugar. Es un pabellón inmenso y se juegan dos partidos a la vez, lo cual es bueno porque así si te aburres de uno, prestas atención al otro. Además en la parte de fuera del pabellón están los juegos organizados por la Federación Española de Baloncesto, a los que nuestras chicas se agregaron rápido. Merion les dio a las chicas una lección de lo que es el juego en el poste bajo, destrozando a Viki que la retó y dejando claro que quien tuvo retuvo (seguramente tuvo un buen entrenador). Allí también pudimos ver las fotos de los equipos esas que la organización del torneo nos hace al empezar el campeonato. Bueno fue una mañana entretenida para todos y completada con la vuelta en el bus con el equipo de Melilla que nos siguió ya que no conocían el movimiento en el bus, cosa que a estas alturas nosotros dominábamos ya con los ojos cerrados. Curioso el tema de los buses en esta ciudad, siempre van vacíos con tres o cuatro personas (como los del Arenal de Palma). Os podéis imaginar la alegría del conductor cuando de repente vio que se subían cuarenta personas al bus. Las cuatro ancianas que iban dentro no se si se alegraron tanto porque podéis imaginar la sesión de canto que realizaron los dos equipos que parecían batirse en una cruel batalla de sonido gutural. Hemos de decir que ellas nos ganaban en el salero de los cantos, normal por otro lado siendo un equipo del sur.

Llegados al hotel fuimos a comer el variado buffet de siete tipos de ensaladas, dos de pasta y una carne y yogures, muchos yogures. No me repito, son ellos los que día tras día, comida y cena se repitieron. Después de tan apreciados manjares nos retiramos a descansar y a prepararnos para la batalla final.

Había llegado la hora de la verdad. Entré en la pista de juego, en la pista allá a lo lejos sólo se veía a Paco, el Brujo, que preveía cosas grandes en el horizonte. Me encanta la sensación esa de entrar en la pista de juego y ver la grada totalmente vacía, esa sensación de empezar a vivir un sueño y vas viendo pasar el partido por tu imaginación y viendo como la grada grita y tu equipo da cada vez más de si... Pero eso por el momento era sólo un sueño. Antes de empezar el partido nos dejaron claro cual era el proceder en caso de triple empate, lo que nos daba una opción, teníamos que ganar al Stadium Casablanca y esperar que Rivas ganase a Marista de Córdoba de más o menos veinte o veinticinco puntos, dependiendo de nuestro resultado.

En el vestuario les hice volver a ver la película de toda la temporada, en este caso contada por mi, para que sintieran la felicidad de todos los momentos vividos, para que se dieran cuenta de todas las cosas grandes que habían hecho, para que vieran de donde venían y donde estaban ahora, en la cumbre (para Agueda cima, parte superior de la montaña...). Era la hora de volverlo a darlo todo de volver a superarnos. Esta vez salimos con Sofía, Pilar, Anto, Truji y Agueda. El partido pronto nos dejo ver que no sería tan bueno como los dos anteriores, ya que nuestro físico no respondían por más que queríamos y nuestra cabeza empezaba a flaquear por primera vez en la temporada. ¿Habíamos llegado a nuestro límite? ¿lo habíamos dado ya todo y ya no podíamos dar un poco más? A pesar de todo el partido se mantuvo igualado e incluso llegamos a ponernos por delante en una ocasión. En el último cuarto empezamos cuatro puntos abajo, por lo que aún era posible todo. Pero de repente el rival tuvo una racha impresionante clavando tres triples consecutivos, que nos dejó fuera del partido. Y así, vi que el equipo no tenía fuerzas para reaccionar una vez más, como había hecho tantas veces esta temporada. Había llegado el final y ya sólo podíamos disfrutar de aquellos pocos minutos de juego que quedaban aún. Acabo el partido y con él la competición para este equipo que nos ha dado tanto, mucho más de lo que podíamos esperar.

Al final quedamos clasificados en el puesto veinticinco. Puede parecer algo sin importancia pero mirémoslo de otra forma: hemos quedado en el puesto veinticinco de todos los equipos cadetes de España. Y de otra forma: en las últimas tres temporadas el cadete femenino de BSA ha quedado en los puestos catorce, veinticuatro y veinticinco de España, no hay muchos equipos que puedan decir esto y no hay ninguno en Baleares que lo pueda decir. ¿A qué ahora parece que es más importante lo que hemos logrado?

La ducha de este día duró más que la de los días anteriores, imagino que el agua no solo caía del grifo sino también algo de los ojos. Afortunadamente las madres, siempre pendientes de nosotros nos tenían preparados unos buenos bocadillos y un par de sacos (y no exagero) de gominolas. Fue una manera acertada de endulzarnos el disgusto. Viendo que el partido del Rivas contra Maristas no nos interesaba (que a propósito el resultado no nos hubiese valido en caso de haber ganado ya que Rivas sólo ganó de ocho) nos marchamos al hotel.

Nos apetecía estar juntos, queríamos alargar la existencia de ese equipo. Después de la cena dimos un paseo a tomar un helado o, como en mi caso, unos cortados (he de decir que en el hotel eran tan caros que he pasado ganas de cortados en este Campeonato). Allí pasamos un rato con las típicas tonterías del momento. Medio equipo me pedía que les hablase, que les diese la charla final, como si quisiesen ponerle romanticismo al momento. Pero no era ni el lugar ni el momento, así que nos volvimos para el hotel, al hall. Ya había comenzado el último día de nuestra historia. No os voy a revelar lo que hablamos en ese hall, todos sentados en círculo, porque son cosas que sólo los que hemos formado ese equipo debemos saber, pero si os diré que las cinco o seis horas que pasamos allí hablando, riendo, llorando... en definitiva siendo un equipo, fue uno de esos momentos que da sentido a todo lo que hacemos durante un año en nuestros equipos, os aseguro que vivir aquello es lo que te dice que el trabajo del año ha sido muy bueno, por encima incluso de ganar un campeonato. La velada acabó tarde o mejor temprano por la mañana, de hecho algunos empleados del hotel que iban limpiando nos miraban con ganas de que nos marchásemos para poder realizar su trabajo.

 

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