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Categoría: Cadete femenino A

Publicado: Lunes, 27 Mayo 2013 20:12

Escrito por Pedro Gordo

Comenzaba el día con buena cara, aunque bastante sueño para la mayoría de los miembros de la expedición. Pronto recibí un whassap: "pronóstico de grandes tormentas a las 15:00 horas". ¿Era Mónica la del tiempo de la tve 1? Pues no, era Silvia, siempre preocupada por nosotros, que sabía que a esa hora más o menos teníamos que partir hacia el pabellón donde jugábamos. Pero de momento sol. A eso de las 9:00 horas fuimos a tomar un "deportivo" desayuno a base de bollería de todo tipo y es que está claro que este hotel es para Comuniones, Bautizos, Bodorrios... pero para deportistas como que no. No nos cortamos y fuimos a saco contra los hidratos de carbono (ahora me las he dado de entender de nutrición).

Tocaba estudio, en equipo que es como se hacen las cosas y más que nada para tenerlas vigiladas. Intentamos que nos dejaran una de las múltiples salas de reuniones que tiene el hotel, pero no fue posible, había muchas Comuniones. Por tanto tuvimos que tomar el hall, pero no con las armas, sino con los libros. Allí estaban nuestras niñas repartidas por todas las mesas, con Merion y Belén al mando (sobre todo Belén da miedo cuando estudia, se transforma en un ogro si alguien le molesta). Tal espectáculo nos valió la felicitaciones de los padres del resto de equipos que veía como las nuestras eran las más responsables (al menos los diez primeros minutos).

Yo, con algunos padres partí en pos de ver los pabellones de juego. Fuimos al "Aguas Vivas". Sólo entrar te daba un vuelco el corazón, un pabellón precioso, con dos partidos en juego a la vez, con todo tipo de atenciones, y con todo a un euro en el bar. Disfrutamos de los partidos que se jugaban en aquel momento y del museo de la Federación Española en el que nuestros padres mostraron su destreza en el lanzamiento a canasta, midieron sus pies y manos con los de Gasol, Ibaka... Un espectáculo, os lo puedo asegurar. De hecho en la puerta me preguntaron de donde éramos y yo raudo respondí que no tenía nada que ver con esos fenómenos del balón. Visionada la línea de bus, controlada por nuestro crack de la EMT, Pedro, padre de Pilar, nos volvimos al hotel. Hemos de decir que los dos reporteros gráficos ya estaban por este tiempo realizando un gran trabajo, me refiero a Pedro el de la EMT y a Toni, padre de Gloria, ya conocidos de crónicas anteriores.

A nuestra vuelta al hotel fuimos a comer porque había que partir pronto a nuestra cita baloncestística. La comida más de lo mismo, 7 tipos de ensalada, 3 tipos de pasta y una carne... y yogures, muchos yogures, sin azúcar, con azúcar, edulcorados... Con el estómago lleno, poco tiempo de descanso y a buscar nuestro destino. Salimos camino del bus, dándonos cuenta que la profetisa Silvia y su móvil tenían razón, ya caían gotillas de agua, se aproximaba tormenta. Eso creían las del Rivas, que nos iba a caer una tormenta.

El señor del bus se puso muy contento al ver como una veintena de personas se subían al mismo, cuando lo normal en los buses de esta ciudad es que vayan cuatro o cinco personas. Vamos que hizo el Agosto en este Mayo tormentoso.

Llegamos al Pabellón, que curiosamente se llamaba San José, y es que nuestros destinos están condenados a juntarse siempre. El pabellón aún estaba cerrado y apareció un señor que decía que no le habíamos dejado ni comer. Pobret. Nos mandó a un vestuario que tenía nuestro nombre y todo. Y al entrar todas quedaron admiradas, que vestuarios, nosotros no estamos acostumbrados a tanto lujo. Todas quisieron probar la camilla que había dentro y nuestra Marinita prefirió probar el armario y claro ella que nuca hace el mono, se metió dentro para recibir a todas la que habría la puerta con un "hola, ¿cómo te llamas?". Quedaba hora y media para el partido por lo que decidimos hacernos fotos para hacer inmortal un momento tan importante. Luego Merino hizo su trabajo de vendaje y masaje y todas listas.

Salimos a la pista y el contrario ya estaba tirando a canasta, nos asustaron, no por su calidad, sino por su tamaño. Y el calentamiento comenzó. Belencita, ya curtida en estos eventos, me comía la oreja diciéndome que no las veía bien que estaban con malas caras... Tuve que llevármelas al vestuario, quedaban menos de veinte minutos y había que dar un vuelco a la situación. Y allí estaba yo, cuan Al Pachano en "un domingo cualquiera" haciéndoles ver que estaban en lo más grande que una jugadora de su edad puede jugar y que tenían que disfrutarlo y no asustarse de nadie. Parece que les llegué y sus caras cambiaron. Tres minutos para empezar.

El quinteto titular era el formado por Sofi, Pilar, Anto, Truji y Agueda. Empieza el partido con un comienzo horrible, en dos minutos nos habían hecho ya un diez a cero. Cambios rápido y a pista las peleonas y ahí empieza el partido de verdad. Los treinta y ocho minutos restantes sirvieron para que nos fuésemos agarrando a la pista, perdiendo el segundo cuarto sólo de dos, empatando el tercero y ganando el cuarto por cinco puntos. Lástima que el partido no duró un poco más porque el pánico se apoderó del banquillo de Rivas. Derrota consumada, 62 a 49, pero orgullosos del equipo que tenemos y de como se superan en la pista. Las nuestras terminaron exhaustas, tanto que los servicios médicos tuvieron que atender a alguna en el vestuario por mareos. Sin duda la buena alimentación ayudaba a ello.

Vimos después a nuestros rivales de los días siguientes, el Maristas de Córdoba y el Stadium Casablanca, en un partido muy igualado que acabó con la victoria de las aragonesas por tan solo un punto, lo que celebraron grandemente porque nadie cuenta con nosotros y piensan que ese partido era el decisivo para clasificarse. Bueno ya lo veremos. Quisimos emprender vuelta al hotel pero al salir nos encontramos con la torrencial tormenta prevista por la pitonisa Silvia y tuvimos que esperar. Volvimos a pie y con un buen fresquito, que esta tierra no es Mallorca y aquí hace fresco siempre. Estábamos reventados y tras la cena hubo poco tiempo de asueto y a la piltra. Antes les hice ver que una vez más habían mostrado que tienen algo dentro que hace que cada vez que el partido están en un mal momento, sacan fuerzas y demuestran ser un equipo difícil de bajar del carro. La velada acabó con un corte de luz y el consiguiente lío en el pasillo con jugadoras de varios equipos que gritaban como locas. Menos mal que la avería se arregló pronto y pudimos ir a descansar. Un nuevo día había acabado y con él nuestro primer partido en este Campeonato de España, ni más ni menos.