Noticias por equipos 2012-2013

Momentos y sentimientos de un campeonato

pedro150Podría comenzar este relato diciendo que una vez tuve un sueño. Pero no es del todo cierto porque yo sueño tengo casi siempre, menos la noche antes de los partidos importantes. Y ahí me teníais a mi, el jueves por la noche, sin poder pegar ojo, por lo que llegaba en unas horas.

Yo buscaba engañarme diciéndome a mi mismo: "no hay que preocuparse porque ya hemos cumplido, nuestra temporada ha sido un éxito y lo más seguro es que el Campeonato de Baleares no lo podamos alcanzar porque hay mejores equipos". Nada, no me lo creía ni yo. Una vez allí, y conociéndome como me conocéis, yo no podía menos que buscar todas las fórmulas habidas y por haber para ganar ese campeonato. En fin que en estas me pasé la noche entera.

Cuando por fin se hizo de día me dispuse a aguantar unas horas de trabajo. Bueno mi cuerpo estaba en el trabajo, porque mi mente, mi alma, mi sentimiento... estaba ya muy lejos de allí. Pronto una llamada federativa me rompió mi distracción espiritual. Era nuestra amada federación que me mandaba, por favor, a buscar unas camisetillas que nos regalaba el Consell. Menos mal que mi coche, ancianote él como ya sabéis, conoce perfectamente los caminos de esta isla, porque os puedo decir que no recuerdo bien que camino tomé para llegar a San Fernando.

Una vez allí, me trataron como a un criado federativo y me dieron las camisetas para nuestras rivales josefinas, y nuestros rivales lasaianos, a parte de las camisetas de nuestros dos equipos. En fin tras llamar a la Federación para hacerles partícipes de que mi trabajo requería un sueldo, me dirigí a casa del Coordinador a dejarle las del masculino. Hemos de afirmar que se nota que la crisis sigue causando estragos, las camisetas son cada año de peor calidad (que no se me enfaden los del Consell).

A eso de las 12:30 me encontraba yo a la puerta de la casa de Pau, cuan tuno universitario rondando a su amada. En fin unos pitidos con el coche y Pau apareció. Le di las camisetas y nos deseamos la suerte que soñábamos tener ambos, mientras su hijo se unió a los cantos desde arriba con el típico llanto de los bebes, de esos que no sueltan lágrimas pero que te agujerean los oídos.

Tras dejar al Pauet, puse dirección al Costa Mediterráneo, hotel en el cual tendríamos nuestro cuartel general. Nueva sorpresa la que me esperaba en el hall (que ahora estudio inglés y por eso lo escribo bien). Resulta que el equipo menorquín, el San Luis, compartiría con nosotros el lugar de concentración. Sospeché que lo hacía por copiarme las costumbres pensando que así tendrían éxito. No sabían que nuestro éxito está en la Rita y no en el hotel. Muy amablemente los saludé y procedí a dejar mi maleta en la habitación. El cuartucho no era muy grande pero al menos la cama era de matrimonio, apta para mi, no solo por mi tamaño, sino más que nada por las muchas vueltas que se dan en las noches de partidos importantes.

Después volví a casa para comer y poner rumbo al destierro de San José, al que nos vimos obligados a ir por aquello de que el Leb, plata por aquel entonces, copaba nuestro campo. Al llegar procedimos al examen de fichas y DNIs de las jugadoras y nos mandaron vestir de blanco ante la coincidencia de colores. Se notaba el nerviosismo en el ambiente y empezó el calentamiento. Todo era extraño, el Páez ni siquiera nos había puesto su estruendosa música, esa que te deja sordo antes de empezar el partido. De hecho hasta nos dijo que la pusiésemos nosotros y vaya que si lo hicimos. Ahí estaba Belén con su móvil en mano dando ritmo al calentamiento. No se si prefiero los estruendos del Páez o los de Belén (con cariño que eres mi delegada preferida, vamos y la única que tengo).

A falta de 18 minutos para empezar y todavía esperando a nuestra cojita Oly, fuimos al vestuario para retomar nuestras intenciones. Les dije que me daban envidia, porque a mi me gustaría jugar ese campeonato, y como soy malo no podía (era mentira, con el calor que hacía cualquiera juega a las 5 de la tarde en el pabellón josefino). Les recordé los riesgos del primer partido y como no que aprovechasen lo que tenían pues Oly no tendría esa oportunidad. Y continúo el calentamiento.

Teníamos preparadas unas camisetas de ánimos a Oly, y esta que no llegaba, así que decidimos ponérnoslas porque el partido empezaba. Ahí apareció Oly y el banquillo se puso en pie para que ella pudiera ver que era muy importante en este equipo y puedo dar fe (porque tengo mucha) de que lo fue.

El partido, como era de esperar comenzó con muchos nervios y pronto se vio que el PDV nos iba a dar muchos problemas. En el primer cuarto se marcharon en el marcador poco a poco y afortunadamente en el segundo cuarto recuperamos la diferencia. Más de lo mismo en la segunda mitad en la que conseguimos por fin ponernos por delante y estar hasta cinco puntos arriba, pero ahí se nos apagó la luz y con ella muchas de nuestras ilusiones. Se perdía el primer partido por 57 a 53. El San José, por su parte, se imponía con tranquilidad al San Luis por 38 a 61.

Tristes por la derrota emprendimos viaje al Toni Servera para animar a nuestro Leb (estábamos nosotros para dar ánimos a nadie, o al menos yo). En fin en San José dejábamos a uno de nuestros reporteros gráficos, el padre de Pilar, para que grabase el partido y así poder ver algo del desconocido, para nosotros, San Luis. El partido del Leb fue duro y se resolvió en la prórroga, a nuestro favor. Al menos desde el Pla llegaban buenas noticias y los chicos de Pau habían ganado al Alcazar en la prórroga.

Desde el Toni nos desplazamos a la Pizzería Plaza, donde nos habían preparado una suculenta cena, de esas de deportistas: pizzas, espaguetis, scalop y helado (casi na). El cansancio se iba apoderando de nosotros y pusimos rumbo al hotel. Lo primero el reparto de habitaciones. Todas esperaban anhelantes para ver con quien le tocaba en la habitación, como esperan las ancianas a que salga en el bingo el número que les hiciese cantar línea. Y allí estaba yo, cantando los nombres y premiándolas con las llaves del lugar de su reposo.

Una vez colocadas todas, las convocamos de nuevo en el hall. Hablamos un poco de nuestro error, en el que ya somos reincidentes, porque el año pasado también empezamos perdiendo el primer partido. Intentamos convencerlas de que aún había posibilidades de remediar el error de esta tarde y con esa idea las mandamos a la cama, no sin antes requisarle los móviles, como es costumbre.

Mientras Merion y Belén iban pasando por las habitaciones para dar el beso de buenas noches, yo, cuan Pep Guardiola, me recluí en mi habitáculo para ver el partido que el padre de Pili había grabado. Tocaba conocer un poco al rival del día siguiente. Andaba aún en estas, cuando mis ayudantes llegaron a mi habitación, tras haber participado en un banquete de fuet y nocilla, que al parecer algunas jugadoras habían usurpado a la Pili.

Poco tiempo de scauting tuvimos, ya que fuimos requeridos por el coordinador, Pauet, acompañado del Cap de prensa, Jordi, del hijo de este nuestro presidente, Juancar, y de Rafa, que venían a compartir nuestro momento de dolor o más bien el suyo de euforia tras ganar en la prórroga y tras el leb. Nosotros, como somos obedientes, bajamos al bar de enfrente a tomar unos cortados, típicos ya en los campeonatos. Fue un rato ameno en el olvidamos un poco la derrota sufrida e intentamos pillar algo de sueño, y las chicas frío también, cosa que no afectaba a los cuatro visitantes que daban la imagen de haber visitado a Gin y a Toni antes de venir.

Nos despedimos, porque se hacía tarde y yo me dirigí al hotel, esquivando a un par de rubios altos que hablaban raro y no eran capaces de caminar rectos, yo creo que jugaban a no pisar las líneas de las baldosas, lo raro es que no había baldosas, sino cemento. A no se que hora me quedé sólo tumbado en la cama, dando vueltas, cansado pero sin poder dormir. Por fin parece que se cerraron mis ojos y mis pensamientos y entonces pasó lo temido y no por ello menos habitual, el típico móvil al que no le han quitado la alarma. Eran las 7:15, a esta hora debe levantarse la Pili cada día y pensó que me gustaría compartir esa experiencia con ella. Que amable.

A eso de las 8:30 me dispuse a despertar a las bellas durmientes, y vaya que si eran durmientes. Cuando bajamos a desayunar, encontramos que nuestro rival de hoy hacía estiramientos en el jardín del hotel. Yo creo que nos querían asustar y por eso le dije a nuestras chicas que así se cansarían. Tomamos un desayuno suave, de esos que toman los germanos y nos marchamos dirección al Toni, esperando que el cambio de pista fuese también un cambio en nuestra suerte.

Con el comienzo del partido de San José frente a PDV nuestras ilusiones se desvanecían cada vez más, porque las amarillas arrasaron a las que nos habían ganado el día anterior, por 27 puntos, lo que dejaba difícil hasta el triple empate. Por eso intentamos centrarnos en nuestro trabajo y luchar hasta el final. Cuando fuimos al vestuario intentamos trasmitirles un mensaje positivo, para que comprendiesen que todo estaba en sus manos y que sólo ellas lo podían hacer, aunque Merión, Belén, Oly y yo también lo deseábamos. En el calentamiento se notaba que sus caras y sus ganas eran distintas. El partido comenzó bien para nosotros y aunque fuimos consiguiendo ventajas en el marcador, en todo momento encontramos en frente un equipo que jugaba muy bien y que sabía a lo que tenía que jugar. Su zona nos dio problemas en algunos momentos, pero pudimos alzarnos con la victoria de manera que seguiríamos en la lucha hasta el final.

Acabado el partido emprendimos viaje al hotel don Miguel para comer. Antes las mamis de nuestras infantilillas habían recogido los equipajes para lavarlos para que al día siguiente estuviésemos impolutos. Yo creo que sospechaban algo de lo que iba a pasar y por eso querían que fuésemos guapos. La comida estuvo rica como siempre y en ella pudimos disfrutar o sufrir una vez más la cancioncita de las palmadas que tan importante sería al final. Pero no adelantemos acontecimientos.

La tarde iba a ser larga y por eso algunas fueron a descansar, a la piscina... y yo recibí la visita de Jordi y Juancar para tomar un cafetet, el tradicional cortado campeonal. He de decir que a estos dos les gusta hablar conmigo porque ya en Valencia habíamos tenido largas charlas nocturnas alrededor de una mesa llena de cortados. Tras un rato de charla observaron que mis ojos no podían mantenerse abiertos y decidieron marcharse, ante lo que yo me retiré a descansar un poco, y ciertamente lo hice.

A las 18:00 horas nos juntamos en el hall del hotel, para volver al Toni. Iban a comenzar las 24 horas más importantes de la historia de nuestro club, aunque por aquel entonces nosotros aún no lo sabíamos. Yo ya presentía algo y por eso hice hincapié en la vestidura verde esperanza de Merion, porque la esperanza es lo último que se pierde. Fuimos a ver el partido del senior femenino, que se jugaba frente al CTIB una plaza en la liga femenina 2. El partido fue igualado en todo momento y al final la victoria cayó de nuestro lado, para gran euforia de las repletas gradas. Yo estaba especialmente orgulloso de jugadoras como Isa o Rocío a quienes entrené cuando niñas y ahora eran gente importante en el mundo del básquet. Tanto sentimiento casi me cuesta una hernia ya que ambas se me subieron a la vez encima, afortunadamente se nota mi trabajo en el gimnasio, sobre todo en los abdominales.

Contentos por este éxito fuimos a cenar del don Miguel de nuevo y allí se nos ocurrió repetir lo del año pasado (aún no hablo de la victoria), ir a tomar un MCflurry, que no se si se escribe así. Y allí estábamos, justo como la temporada pasada, tomándonos nuestro helado a la orilla del mar, sintiendo la brisa marina que relajaba nuestro espíritu, en ese lugar de silencio y reflexión que es el Arenal. Algunas tenían sueño y otras frío (Merion y Belén) y nos tuvimos que marchar.

La última parada fue, como siempre, el hall del hotel. Pasamos un buen rato riéndonos con las frases que suelto en los partidos, de las que después no me acuerdo pero que ellas si. Muchas risas y hora de dormir ya. Bromeé diciendo que no iba a hablar, pero ellas necesitaban oír mis palabras siempre alentadoras. El tono de la conversación cambió. Sabíamos que si PDV ganaba en el primer partido, necesitábamos ganar por 16 a San José y si ganaba San Luis sería una final directa. Y allí estaba yo todo chulo, dispuesto a apostar lo que fuera a que íbamos a ganarles de más de 16, porque se iban a asustar cuando llevásemos 6 de ventaja. No me lo creía ni yo. Les pedí que lo dieran todo, que si era nuestro último partido tenía que dejarnos un buen sabor de boca, como había sido la temporada. Ante eso florecieron algunas lágrimas, yo me aguanté las mías y tomando el sombrero de Sofi les dije: "tranquilas, mañana me sacaré algo de la chistera... y además mañana juega Rita". Anto alucinaba de que yo estuviese tan contento cuando todas veían el final cerca. Que ilusa, no sabía que mi corazón también goteaba porque pensaba que todo iba a acabar al día siguiente.

Todas se marcharon a sus aposentos y allí nos quedamos el cuerpo (yo) técnico (Merion y Belén). Los tres tuvimos un bajonazo y soltamos alguna lagrimilla allí abrazados (pero de esto que no se entere nadie que tenemos que parecer fuertes). Han sido muchos momentos muy bonitos juntos, desde que ellas eran mis jugadoras hasta que ellas han sido mis ayudantes. Y claro eso se romperá al acabar este equipo ya que Belén irá a perfeccionar su inglés pensando en que pronto ficharemos americanas. En estas nos fuimos a dormir, que lo necesitábamos.

A la mañana siguiente, mi despertador sonó media hora antes de tocar diana al equipo. Y es que tenía que ir a la tradicional caza de la flor para despertar a mis princesas. Me adentré en el bosquecillo que hay en frente de Aqualand y nada de nada, ¿misión imposible? ¿flores, 16 puntos? Que no, que no es imposible y seguí paseando por aquellos recónditos lugares hasta que encontré unas flores para mis princesas (no descubriremos el lugar de donde las cogí, más que nada por evitar multas innecesarias). Con la flor en mano fui llamando a todas con la frase de la peli "que bella es la vida" (y no lo sabíamos bien lo bella que iba a ser): "buenos días, princesa". Con más o menos sueños, con mayor o menor dificultad, todas se levantaron con una sonrisa en la cara, una sonrisa que aún a día de hoy dura en todas ellas.

Un día más tomamos un desayuno sano y tras recoger todo nos marchamos del hotel, camino de la Gloria. Al llegar al Toni empezaba el partido entre menorquinas e ibicencas. La igualdad era máxima pero siempre con las menorquinas por delante. Ojo, esperanza, ilusión, ¿sueño?... San Luis rompe el partido y lo gana con facilidad. Las caras de las jugadoras de San José denotaban que habían recibido un duro mazazo, las nuestras se vinieron arriba, se respiraba euforia en el calentamiento. En el vestuario les hice ver el hecho que os he narrado anteriormente y como era el momento de darlo todo, de no irse del partido nunca, con el objetivo de llegar al último cuarto con opciones, porque ahí ellas sentirían la presión de ser favoritas, campeonas de Mallorca y habernos ganado en liga los dos partidos.

La grada presentaba una buena entrada. Las elegidas para la gloria eran las que Belén ya llama "las de siempre": Sofi, Anto, Pili, Truji y Xisca. Había llegado la hora. El partido comienza con nuestro equipo muy metido y dejando claro que habíamos salido a ganar. Pronto, San José tiene que cambiar la táctica y se colocan en zona. Llega la primera crisis y se nos van 20 a 13. Yo también cambio de carta, la chistera que habíamos dicho anoche, y nos ponemos en zona. Surgen jugadoras inesperadas como Gloria, que hace el partido de su vida defensivamente. Desde ahí hasta el descanso el parcial para nosotros es de 20 a 5, con lo que nos vamos 8 puntos arriba. Euforia en el vestuario. Había que frenarla y les hago ver que ellas tienen una gran rotación y que serían peligrosas cuando llegase el cansancio de las nuestras. Les insisto en que no hay que perder la cara al partido nunca si queremos ganar. El tercer cuarto empieza con un impresionante intercambio de canastas que terminará haciendo que San José nos vaya comiendo el terreno. Ya en el último cuarto se nos llegan a poner por delante, pero arropados por la afición y el grito de Ba hi a sacamos fuerzas de flaqueza y volvemos a tomar el mando, que ya no íbamos a soltar hasta el final. Lo habíamos vuelto a hacer. Éramos Campeones de Baleares. Celebración en la pista, abrazos, lágrimas, bailes, entrega de trofeos y como no la tradicional ducha. Los reporteros tomando buena nota de todo ello. Tanta euforia casi acaba con una lesión de Sofi que se cortó con la copa en la rodilla (y es que la copa estaba aún sin domar, pues había acabado en las manos de quien no se esperaba). Para aumentar la euforia nos llega la noticia de que el masculino también había ganado en la final a La Salle

Un poco más tranquilos, pero con mucha felicidad, despedimos a Sofi, Truji y Anto que volaban en apenas dos horas hacia Zaragoza para ayudar a las juniors en su empresa en el campeonato nacional. Les acompañaba el brujo, más feliz que unas castañuelas. El resto de la expedición, jugadoras y familiares, fuimos a celebrarlo al tenis Son Rigo y vaya que si lo celebramos. Comida exquisita, buena bebida, deliciosos postres, grandes peceras de Gin y de Tony y una fila de cortados. Pero sobre todo mucha felicidad expresada en risas, lágrimas, parlamentos dirigidos siempre por Vicente, abrazos... Nos visitó el coordinar Pauet, henchido de felicidad, no se si más o menos que yo, pero mucha felicidad.

La sobremesa se alargó hasta el partido del Leb aún Plata, pero pronto Oro. Allí estábamos siguiendo IB3 y gritando con nuestro equipo. La victoria supuso otro golpe de felicidad y la convocatoria para ir todos al aeropuerto a recibirles. A pesar de ser tarde allí estábamos, esperando a los héroes de Oro, unas 150 personas. Era impresionante, Baleares había sido tomada por la Marea Negra que vivió su día más feliz.

Y con esto acabo mi crónica, no sin antes dirigiros unas palabras, aunque aún nos quedan cosas grandes que vivir. En primer lugar gracias a todos los padres y familiares por apoyas a vuestras hijas como lo hacéis para que puedan vivir o mejor podáis vivir momentos de felicidad como los aquí narrados. Hemos disfrutado mucho con vosotros y con esos gritos desde la grada.

Es impresionante el trabajo, que no se ve en muchas ocasiones, de Merion y Belén. Yo se como son y por eso confío en ellas, porque viví cosas bonitas con ellas como jugadoras y ahora sabía que me ayudarían mucho siendo como unas madres, o mejor hermanas mayores, para las chicas. Ellas les han hecho que comprendiesen el por qué de cosas que quizás no entendían, porque ellas ya lo habían vivido antes. Sin duda el gran ambiente del equipo se debe a su trabajo, a su cariño, a su apoyo...

Por último quiero destacaros a vosotras: Pili, Truji, Marina, Paula, Vicki, Oly, Coloma, Xisca, Sofi, Laia, Agueda, Anto, Gloria y a todas las que nos habéis ayudado durante toda la temporada a ser un poco mejores. Quiero deciros que vuestra temporada es un ejemplo que todos los equipos debieran tomar, porque ha sido un triunfo conseguido desde la humildad, el trabajo, la unidad, el apoyo, la confianza. En definitiva ha sido un triunfo conseguido por un EQUIPO tal y como lo concibo yo. Gracias por aguantar en los momentos en que yo he sido inaguantable, gracias por hacerme mejor entrenador, o al menos el más envidiado de los entrenadores. Nos queda un Campeonato de España que disfrutar y después habrá terminado esta gran temporada. Pero vosotras ya siempre seréis una parte muy importante de mi vida y seguro que al igual que Merion y Belén, en unos pocos años habrá alguna de vosotras sentada junto a mí, dirigiendo un equipo, transmitiendo todas las vivencias que habéis tenido esta temporada. Sois grandes y hacéis muy grandes a los que os rodean. Prolongad la sonrisa en vuestras caras, que os la merecéis ya que la habéis conseguido con vuestro trabajo. Gracias por hacerme tan feliz y recordad que siempre estaré a vuestro lado.

Aunque lo parezca, esto no es un final. Prometo segunda parte en el Campeonato de España. Hasta entonces. BA HI A, BA HI A...

 

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