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Publicado: Martes, 13 Marzo 2012 20:26

Victoria inapelable del Platja de Palma en el esperado derbi de la categoría en un partido que quedó decidido tras una primera mitad primorosa. El partido era el tercero del 'tour de force' que afrontaba el equipo (Alfas, Castelló y Pla) y que debía marcar gran parte de las aspiraciones finales. Dos victorias era el objetivo mínimo a conseguir y, tras la derrota en Castellón, el partido en la pista del Bàsquet Pla se convertía en doblemente importante.

El encuentro era de máxima dificultad por todos los condicionantes que lo envolvían. Una pista muy complicada en la que sólo Castellón había ganado, un rival muy motivado por la rivalidad insular y una campaña mediática provocada por el club local que había intentado calentar el ambiente, aunque sin conseguirlo ante lo absurdo de los argumentos esgrimidos.

En la tribuna, el temido 'infierno' marratxiner no fue tal y los pocos visitantes que pudieron acceder al recinto daban cumplida réplica a la afición local encabezados por el incombustible Rodolfo. Por los locales destacaba la baja de Carrasco mientras que los visitantes presentaban las dudas de San Emeterio y Domínguez que finalmente no pisarían la pista. Ante tal panorama el equipo de Maties Cerdà se puso el mono de trabajo y quiso dejar las cosas claras desde buen principio.

Un factor poco habitual en los nuestros como es el dominio del rebote marcaría el primer cuarto y todo el partido. Berto Alzamora dominaba los tableros y él solo obtvo más rechaces en el primer cuarto que todo el equipo rival. Pese a ello, el poco acierto en el tiro y el empecinamiento en abusar del tiro de tres, hacían que los locales mantuvieran la igualdad en el marcador. 

Un tiempo muerto visitante, con un 14-15 en el marcador, cambiaba el panorama. El enorme enfado de Matias Cerdà por la mala selección de tiro era captado positivamente por sus hombres que se olvidaron de la línea de 6,25 y, buscando tiros cortos y penetraciones, encadenaban un parcial de 0-11 que ponía la primera ventaja importante en el marcador. Un 2+1 de Pau Comas cortaba la hemorragia local y cerraba el cuarto con un claro 17-26 .

La temprana puntilla al partido llegó en un extraordinario segundo cuarto. El parcial de 10 a 31 lo dice todo. Un espléndido Sergi Riera rompía una y otra vez a los bases locales anotando o asistiendo a sus compañeros, mientras que Miki Corbacho comenzaba otra de sus exhibiciones desde la línea de tres. Por su parte Berto Alzamora seguía tiranizando a los interiores locales que no podían hacer nada ante su insultante superioridad. A todo ello se sumaban los mejores minutos en defensa de la temporada dejando a un buen equipo ofensivo en unos ridículos 10 puntos conseguidos a duras penas. La ventaja no cesaba de aumentar y un contundente 1 a 12 de parcial dejaba la treintena en el electrónico con un sonrojante, para los locales, 27 a 57. El partido se había acabado.

La enorme ventaja hizo que la segunda parte fuera un auténtico duelo anotador. El parcial de 56 a 56 indica bien a las claras que el rigor defensivo se había quedado en los vestuarios. Los locales dejaban los sistemas y el orden en ataque para mejores ocasiones visto lo visto la primera mitad y de la mano de su alocado ¿director? de juego Hidalgo, encontraban con facilidad el camino hacia el aro visitante. En el tercer cuarto anotaban tanto como en los dos primeros sólo que enfrente tenían un equipo inspirado y encantado del reto ofensivo planteado por el técnico local. Sergi Riera y Corbacho seguían a lo suyo y Alzamora se iba a los 30 de valoración a falta de un cuarto, impidiendo cualquier atisbo de reacción marratxinera. 

Los intentos de cambios a defensa zonal de los locales en el último cuarto eran respondidos una y otra vez desde 6,25 por un Miki Corbacho que se marcaba un extraordinario 7 de 10 final desde la línea de tres lo que junto a la aparición en el partido de Pampín, que anotaba sus trece puntos en este parcial, disparaban la diferencia hasta una máxima de 34 puntos ante una callada afición local que veía como lo que tenía que ser una fiesta se había convertido en una enorme decepción. Un triple anecdótico de Hidalgo desde más allá del medio campo cerraba un partido con los mismos 30 puntos, 83-113, con los que se llegaba al descanso.

Una victoria importante por todo lo que moralmente significa y con doble valor al servir para recuperar el liderato tras el tropiezo del Castellón en la pista de UCAM Murcia.

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